Llegó debutando con derrota en Morelia, un equipo sin pies ni cabeza que acababa de perder en casa ante Lobos BUAP donde no mostraban ni siquiera sangre en las venas. La herencia no era nada de presumir con los malos resultados de José Cardozo y el inocuo interinato de Alberto Coyote.
El trato era por 4 partidos en el segundo ante Puebla pesar de realizar algunos cambios no se vio mejoría alguna, el plantel estaba muerto.
La sorpresa y la excusa para mantenerlo fue el derrotar a León quien tenía una de las mejores temporadas en su historia y sucumbió ante el Guadalajara. Un último partido contra tigres que no quedó más que para la anécdota de otra derrota.
Sorpresivamente recibió la confianza de la directiva, la excusa del armado del equipo, del escaso trabajo y de la posibilidad de derrotar a un equipo en sus mejores momentos le fueron suficientes a pesar de ser considerado por la mayoría de la afición como enemigo público.
El inicio de un nuevo torneo, partidos perdidos de pretemporada y el dictamen de los medios que aunque lo sigan negando causan la mayor influencia en la opinión del aficionado, dejaron en claro reafirmando el panorama de animadversión.
Así que las culpas de los primeros errores individuales cayeron sobre él, más claro en la jornada 1 cuando Toñito echó a perder el esfuerzo del plantel con una mala atajada y se fueron los primeros puntos aumentando el pesimismo del vox populli. Desatenciones defensivas y sobre todo la sensación de peligro en contra fue la constante en sus partidos, exceptuando tal vez el partido vs San Luis en el que un gol tempranero mantuvo la calma durante todo el encuentro.
Los momentos de mejoría pasaron desapercibidos por insuficientes o por simple capricho de los espectadores. A pesar de eso se dio el lujo de ser protagonista en el triunfo contra Tigres, de provocar a su estrella desentonándolo en su accionar, de disfrutar del triunfo en el Clásico Tapatío sin mayores aspavientos.
En todo momento se mantuvo del lado del jugador, defendiéndolos ante los buscapiés de la prensa a la menor oportunidad, buscando al menos en tener el respaldo moral. En la cancha logró deshacerse de jugadores que los técnicos anteriores inexplicablemente seguían alineando y por insuficiente que parezca levantó en una rayita el nivel.
El poco manejo de los partidos, la definición frente al arco, su estigma de villano y escasos resultados parece que terminaron por cavar la tumba en la dirección técnica del Guadalajara a uno de los técnicos más extravagantes que nadie se imaginó nunca ver en la banca del más grande de México.