Coraje, impotencia, tristeza.

La atmósfera que se originó alrededor del partido fue la de ver a Alberto Coyote como el salvador del mal paso del Guadalajara, notas de prensa, publicidad al partido con juego de palabras de su apellido, convivencia con aficionados, eso hizo que los seguidores recordando su paso como jugador le dieran fuerza a dicha atmósfera.

Coyote sorprendió desde el once inicial, cambios significativos buscando generar ese golpe anímico y de autoridad, los más destacables desde el principio fue la titularidad de Miguel Jiménez en el arco, Carlos Villanueva y Alex Mayorga por las laterales, tres jugadores que no fueron tomados en cuenta por el anterior técnico para compromisos de Liga.

Sorpresivo y con algo de desagrado por alguna parte de la afición fue la inclusión de Miguel Basulto en la contención por encima de Fernando Beltrán y Michael Perez, alguna razón habrá tenido para esta decisión.

Los antecedentes del partido nos indicaban poco ataque de parte de Lobos BUAP lo que suponía que la ofensiva rojiblanca debía lucirse y al menos con el intento comenzó el partido, minuto 8, Mayorga se sumaba al frente y con un buen pase a profundidad de Brizuela logra colarse al fondo de la cancha y enviar un centro razo que Pulido no alcanzó a cerrar.

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Bien dice el dicho que al perro más flaco se le pegan las pulgas, al minuto 10′ Jair Pereira salió a causa de una lesión, aquí nuestro cuestionamiento es al técnico, que decidió meter al baboso y con atole en las venas de Hedgardo Marín. Cualquier movimiento «hubiera» sido mejor, retrasar a Basulto y meter a Dieter pero bueno.

Eduardo Chofis López desapercibido durante el tiempo que estuvo en la cancha, nos hace pensar que ya no es tema de lesión sino de que es posible haya llegado a su tope futbolístico lo cual sería lamentable.

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Una llegada de Alexis Vega que entró al área conduciendo el balón pero cruzó demasiado su tiro. Un disparo débil a las manos del portero de Villanueva que hizo después de quitarse algunos rivales se convirtió en el único tiro directo del primer tiempo. Parecía que era cuestión de tiempo para que el gol cayera (sí como no).

Escribíamos sobre las pulgas y los perros flacos. Antes de terminar la primera mitad en el 43′, Alex Mayorga roba la pelota en la salida poblana y hace una pared con Alexis, la pelota salió rebotada hacía el mismo Alexis Vega quien tenía a un defensor que se la taponeó, en un segundo intento por tenerla Vega le dejó una plancha al defensor lobo que el árbitro vio y amonestó al rojiblanco. El VAR llamó al árbitro y la jugada era una evidente plancha, expulsó al jugador y nos quedamos con 10.

Poco se pudo hacer, incluso Lobos parecía que tenía más oportunidades de anotar, un tiro de esquina donde Marín se colgó de la camiseta del rival parecía que marcarían penal. Otra jugada más donde el delantero recibió en el centro del área que afortunadamente no logró disparar. Un nuevo tiro de esquina que tenía dirección de gol olímpico que pegó en el segundo poste.

La jugada que a nuestro parecer marcó el partido fue una en la que nuevamente Alex Mayorga se fue al frente y de repente se encontró frente a la portería, parecía que se preguntó ¿cómo llegué aquí? la pelota a su derecha, él zurdo, en lugar de disparar siguió controlando el balón que la defensa logró rebotar yendo hacía la zona donde estaban Pulido y Brizuela, ambos esperaban que el otro fuera por la pelota y se perdió la oportunidad de rematar (tal vez de gol) finalmente el Conejo tiró y salió a las manos del portero rival.

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Una vez más fue Mayorga quien entró al área pero su centro no llegó a Brizuela quien se preparaba para el tiro.

A 10 minutos del final, un centro que alcanzó a desviar Molina llegó al jugador Chirinos quien por cierto se coló detrás de Marín y solo tocó la pelota con la cabeza para anotar el único gol del partido.

Tiro de esquina a favor en tiempo de compensación nos hace ver que los jugadores saben que hacer e iban a buscar rematar, seguramente porque así dice en el «librito» porque al parecer si ellos decidirían el partido hubiera terminado antes, no les vimos convicción de ir a empatar a como diera lugar, a salvar el partido en una jugada, nada. Aún así Mier logró conectar el balón sutilmente sin peligro y el partido terminó.

El partido nos llevó el coraje y la impotencia a la tristeza de ver como arrastran el prestigio de esta camiseta. Coraje de ver como la pelota por alguna razón no entra, impotencia de no poder hacer más para que entre, que Coyote no es la solución ni siquiera momentánea y tristeza de ver como algunos jugadores les da igual perder, así no, esto no es Chivas.

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