X Aniversario Estadio Akron: Nuevo ritual

Han pasado ya 10 años desde que el Club Guadalajara dejo el Estadio Jalisco y se mudó su nueva casa el Estadio Akron, ya son 10 años que nuestro ritual futbolero de fin de semana se modificó radicalmente. Atrás quedo el arribo a la cancha en la ruta 19, 622 o 602, y tuvimos que tomar el 380 y transbordar el autobús gratuito o en muchos de los casos emprender largas caminatas para llegar al nuevo estadio.

En la cuestión gastronómica fue un golpe aún más duro, atrás quedaron las tortas ahogadas El Rika, la birria tatemada y sus tortillas gigantes, los lonches de pierna del pesebre y una gran variedad de comida que ofrecía a las afueras del Estadio Jalisco. De allí pasamos prácticamente a la nada, pues en los inicios del nuevo estadio no existía vendimia a las afueras y uno tenía que esperar para ingresar al estadio y poder comprar una hamburguesa o un hot dog de precio elevado y de sabor ausente.

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Alguna vez me platicaron que en el estadio de la calzada los muchachos se juntaban a beber cerveza en las vinaterías que se ubicaban afuera de la puerta 12 o en la carpa de cerveza Sol que se instalaba en el Oxxo de Fidel Velázquez y la calle de siete colinas, aunque en los últimos años la seguridad endureció en las calles aledañas y el local de las tortas ahogadas El Rika terminó convirtiéndose en bar más que en un local de comida. Al igual que en lo gastronómico el estadio nuevo no ofrecía venta de cerveza a las afueras, no había vinaterías y mucho menos bares, uno tenía que esperar a ingresar al estadio y poder comprar una cerveza, obviamente a precios elevados.

Los primeros años fueron difíciles para la afición, la baja asistencia en el estadio reflejaba la depresión o quizás la resistencia al cambio. Fue difícil dejar atrás una tradición como esa que nos heredaron nuestros padres, pero que seguramente así lo vivieron nuestros abuelos cuando el equipo dejo el Parque Oblatos y se mudó al Estadio Jalisco en 1960.

 Dadas las circunstancias solo quedaban dos opciones, morir de aburrimiento o adaptarse a las nuevas condiciones que nos ofrecía el estadio, fue así como en estos 10 años la gente se fue acoplando y creando una nueva forma de convivencia, un nuevo ritual futbolero. La directiva lo asimilo y termino creando una zona llamada Fiesta Rebaño a las afueras del inmueble donde la gente puede comprar comida y cerveza, incluso trajeron una sucursal de los lonches el pesebre para intentar rescatar un poco de lo que habíamos dejado en el Jalisco.

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Al final este nuevo ritual futbolero tomo forma y se fueron creando reglas básicas de convivencia en el estacionamiento del nuevo estadio, reglas que no están escritas en ningún lado pero que todos conocemos, por ejemplo, las herramientas indispensables de todo buen aficionado son el ChivaBono, la hielera y el asador, se llega al estadio mínimo 2 horas antes del partido y nos retiramos 2 horas después para evitar el tráfico (aunque todos sabemos que es para tomar más cerveza), orinar entre los autos está permitido siempre y cuando no seas visto por la policía, nunca le rentes un ChivaBono a tu compa el que siempre llega tarde, los que llevan norteño banda al estacionamiento son paisas que vienen del otro lado a ver a las Chivas y así podría seguir mencionando reglas de convivencia en donde seguramente cada grupo de amigos tendrá las suyas adaptadas a su círculo social.



Después de todo la gente superó la adversidad, nos adaptamos a los cambios y hemos sido felices durante estos 10 años, fue acá donde peleamos el descenso, fue acá donde perdimos una final de libertadores, pero también acá dimos la vuelta 4 veces, en el 2017 ganamos la copa y la liga, y ese mismo año la femenil gano el primer título, posteriormente en el 2018 ganamos la CONCACAF y nos fuimos al mundial de clubes, la historia se escribió y todo fue tan rápido que no nos dio tiempo de digerir nuestra melancolía.