No era un partido más, que para nuestro punto de vista ninguno lo es y todos tienen su encanto. Había que demostrar que el liderato general no era obra de la casualidad o ella misma hizo que nos enfrentáramos a un equipo que va en picada para mantenernos en la cima una jornada más. Aún no jugábamos y ya escuchábamos a los detractores minimizar el triunfo ante el penúltimo equipo de la clasificación.
Una tarde atípica, fue muy fácil llegar al estadio. No había transito intenso de autos, quienes llegaban directos y sin escalas por todas las vías. Si el estacionamiento pudiera hablar seguro estaría confundido porque tenía aforo de un juego de copa. En las redes sociales afloraban la venta de boletos y abonos, síntoma inequívoco de la falta de interés de los amigos de un amigo. Quizá el puente resultó más atractivo para algunos. No en vano resaltamos las actitudes de los clasiqueros de quienes ocasionalmente recibimos algún recordatorio familiar. Afortunadamente vimos caras conocidas, las mismas de siempre, las que cada partido sabes en que parte del estacionamiento las puedes encontrar. Finalmente todo pareció volver a la normalidad, sólo era cuestión de algunos minutos, quizá víctima de quienes dejan todo para el final.
Las taquillas del estadio tienen movimiento, dos horas antes del Chivas-Veracruz. @ASMexico pic.twitter.com/JCs8Y6rSAa
— César Huerta Salcedo (@huerta_cesar) 19 de marzo de 2017
El partido no sería tan fácil aunque así pareció, sabemos que históricamente los equipos moleros se nos dificultan y este Veracruz no sería la excepción. Ni siquiera una gran jugada en los primeros 20 segundos del partido que casi termina en gol de taquito de Ángel Zaldivar podía dejarnos tranquilos, menos recordando la tarde en Chiapas donde terminamos perdiendo el partido.
Conforme avanzaba el partido crecía nuestra confianza, sin embargo no caía el gol. Parecía cuestión de tiempo para adelantarnos en el marcador pero la experiencia nos dice que en cualquier jugada de la nada podíamos recibir uno en contra y así fue, nuestro querido y entrañable ex jugador 😛 Kristián Álvarez, remató un tiro de esquina totalmente solo. Más de alguno pensó los escenarios si eso hubiera ocurrido dichosamente todo quedó en especulaciones.
El momento en que muchos chiva hermanos estaban a punto del infarto, algunos considerando el suicidio. Todos los de Rojo y Blanco incluidos. pic.twitter.com/aULOzRMFE8
— Rojo y Blanco (@srojoyblanco) 19 de marzo de 2017
Empate al medio tiempo. ¿Seguiría Veracruz manteniéndose invicto en el estadio Chivas?
Antes que los sentimientos Chiva Chairos más profundos comenzaran a florecer, al minuto 56 Alan Pulido recibe un pase de Rodolfo Cota en media cancha y comenzó a eludir rivales y antes de llegar al área disparó, Gallese no se quedó con la pelota y entró. ¡Goooooooooool! el estadio demostró que se estaba aguantando las ganas de gritarlo, al fin lo pudo hacer y la confianza llegó porque nos sentimos muy superiores al rival.
Ambiente totalmente festivo, todo el estadio enganchado con el equipo, así fue como se encontraba justo al momento que Ángel Zaldivar remató de cabeza para poner el 2 a 0. Pudiera parecer exagerado pero no, ganar aunque sea en las canicas tiene un sabor especial, más para aquellos que recordamos que este tipo de partidos nos costaban demasiado. La entrada después de todo no estuvo mala.
Ilusionarnos ahora pudiera ser prematuro, aunque la forma de juego y los resultados parecer permitirlo, seguro estamos en el camino para algo grande. Por lo pronto a la mitad del torneo nos ubicamos en primer lugar y estamos en semifinales de la Copa MX. Nada mal, pero vayamos paso a paso. Ya nos veremos pronto de nuevo.
Así canta el estadio #Chivas después del gol de Pulido pic.twitter.com/ijDQvINRPZ
— Armando Sánchez (@JosephArmando) 19 de marzo de 2017