Cuando hace unas semanas empezaron a llegar refuerzos por montones, muchos creímos hasta exageradas las incorporaciones, la forma de comprar por comprar sin ocultar, obviamente, la gran emoción que representaba un desembolso tan grande por parte de la directiva.
Sin embargo, en menos de un mes, nos dimos cuenta porque Ricardo Peláez trajo a OCHO, tras el fracaso de la copa nos hemos quedado con esto (ó sin esto) para la liga:
1. Victor Gúzman fuera
2. JJ Macías lesionado, con actividad preolímpica y al parecer su mente en Europa.
3. Alexis Peña sin poder ganarle un puesto en la banca a Antonio Briseño
4. Gallo Vázquez como suplente eterno de Jesús Molina.
5. Madueña compartiendo lesiones con Sanchez.
6. Calderon bloqueado por el ímpetu de Miguel Angel Ponce.
7. Angulo sin poder decirnos en la cancha si jugará de interior o extremo izquierdo.
8. Uriel Antuna e Isaac Brizuela siendo los “ya merito” de la banda derecha..
Sumamos la baja de Oswaldo Alanis y a mes y medio de que se vayan Sepulveda, Angulo, Antuna y Macías a la selección, podemos visualizar que volveremos a depender cuando mucho de una oncena de jugadores para mantenernos en los primeros lugares de la tabla y aspirar a competir en liguilla. La copa dejó claro que a los refuerzos le falta tiempo y trabajo. Y que su adaptación será un proceso de meses y no de semanas como pensaban algunos.
El cuerpo técnico, por su parte, en una semana (la ida y vuelta contra Dorados) y el juego contra Toluca, nos mando unas turbulencias severas como fue un pésimo planteamiento en la ida contra dorados, sin medio campo, sin ideas, después con su once de liga, demostrando pánico y conceptos retrógradas en el parado del equipo tras una expulsión e ir ganando, a 30 minutos de terminar el juego. Y por el último el regreso en Culiacán un chilaquil de alineación, que parecía mas un parche por las ausencias que una idea futbolística.
Ahora Luis Fernando Tena, Chava Reyes y Coyote son los más presionados, no pudieron adaptar rápidamente a los refuerzos y deben tomar decisiones fuertes en la liga, como por ejemplo la de no seguir desperdiciando a Calderón, cuestionar la futura titularidad de Macías ó darle los minutos y espacios que necesita Antuna por lado derecho, su perfil.
La competencia por minutos de juego se ha reducido a solo la liga, pero sinceramente ahora es lo que menos me importa, me siento más angustiado porque nos peguen las ausencias de los sub23 y posibles lesiones (dios no quiera) de los jugadores pilares de la liga: Mier, Molina, Beltrán, López.
La idea de ganar la copa con los refuerzos y tener más paciencia en la liga cambió, hemos fracasado en la copa y eso compromete más el corto plazo. Veamos si el cuerpo técnico puede con este nuevo reto.