Más allá de una camiseta a rayas rojiblancas

Against Modern Footall (Odio al futbol moderno) dicta una frase acuñada desde una subcultura de resistencia ante las imposiciones de directivos, federaciones, patrocinadores e incluso administraciones gubernamentales donde el ente con menos importancia en la industria es el aficionado.

En tiempos donde los horarios de los partidos los dictan las cadenas de televisión quienes a su vez trabajan con línea de moda para beneficiarse o ayudar al mejor postor, donde los clubes cambian de dueños como Pancho de calzones, hacen al aficionado un ser vacío de identidad y valores al desconocerse a si mismo junto al lugar donde está parado.

Inmersos en esa tormenta sobreviven dos clubes con espíritus indomables con aroma a futbol de antes, a la escencia amateur, que son capaces de tener una auténtica representación de su gente: el Athletic Club y el Club Deportivo Guadalajara.

Vimos muchas veces como algunos aficionados del Guadalajara argumentaban estúpidamente filiación y supuestas semejanzas con un par de equipos de La Liga (los cuales nos negaremos a nombrar pero eso sí, nos chupan bien los huevos) cuando la verdadera semejanza la tiene el Athletic y va más allá de una camiseta a rayas rojiblanca.

No es poca cosa confiar en el talento local, ya lo dijo alguna vez el tan querido Matías Almeyda al que todos quieren y recuerdan pero no sus frases “la verdadera grandeza de este equipo está en el camino” algo que cada vez parece que muchos no están dispuestos entender por creer que los triunfos llegan tan solo estirando la mano cuando estos se alimentan de fracasos combinado con trabajo.

Con un par de partidos Guadalajara y Athletic sellaron lo que a nuestro parecer debió realizarse desde hace tiempo esa complicidad y espíritu fraterno entre ambas instituciones.

Algo inusual donde se honró el lema del Club Guadalajara “Fraternidad, Unión y Deporte” y las mismas cuentas de Athletic lograron definir a la perfección «Toda una fiesta del sentido de pertenencia y de la identidad”.

Aunque siempre habrá detractores que buscarán una excusa estúpida para hacerse notar, el futbol es como la vida y utilizando este argumento podría preguntarles ¿usted le hace el amor a su esposa o contrata a alguien para que lo haga mejor de lo que usted podría? ahí se las dejamos.