Hoy que nos toca visitar nuevamente el estadio Morelos, vino a nuestra mente uno de los partidos más memorables del Guadalajara en esa cancha. Quizá para muchos el partido se encuentra perdido en la memoria o no fue tan significativo, pero quienes lo vivimos seguramente no pasó desapercibido.
Aún no comenzaban los tiempos difíciles ni siquiera sabíamos la magnitud de lo que pasaría, pero esa noche nos quedamos con un grato sabor de boca por el esfuerzo que se mostró en la cancha. Si bien muchas veces alegamos que el futbol es más talento que otra cosa, esa noche se sacó el triunfo con «huevos». El Guadalajara tenía dominio absoluto del partido pero fallaban en la última jugada (es verdad eso de «no importa cuando leas esto») por lo que desde el principio todo el aficionado rojiblanco podría estar seguro que era cuestión de tiempo para llevar los tres puntos. Después de una mejoría de Morelia, el primer tiempo terminó con empate a cero.
Apenas iban cinco minutos del segundo tiempo cuando el chamaco Miguel Ponce se mete corriendo al área, centra la pelota (ya mostraba dotes de no centrar muy bien) muy fuerte y raso que toca a dos defensores de Morelia antes de entrar a la portería, el tiro ni siquiera iba a un compañero ni a gol, afortunadamente fue gol. Siete minutos después nos empataron :/
Vinieron las jugadas que marcaron el ánimo, el destino y las intenciones del partido. Jonny Magallón le dio un raspón con la suela aun jugador michoacano al 57′ por lo que le mostraron tarjeta roja. Como era de esperarse el técnico José Luis Real sacó a uno de los hombres que más peligro podía generar como era Marco Fabián para meter al «Zullito» Ledesma a defender el empate ¿que raro, verdad? Justo un minuto en seguida del cambio, Patricio Araujo hizo gala de sus dotes técnicos y se barrió fuertemente en medio campo, una roja más para el Guadalajara. ¡Que impotencia! después de tener un partido a modo, dominado y con esperanzas del triunfo íbamos a buscar el empate con 9 hombres metidos en el área, con altísimo riesgo de perder el partido. Otro cambio defensivo, sale el Venado Medina y entra Antonio Gallardo, nadie se emocionó, aun había esperanzas en aquellos entonces de que Venado pudiera hacer algo. El partido siguió como era de esperarse con abrumador dominio monarca, se equivocaban pero recuperaban inmediatamente, lo único que queríamos era que la pelota se mantuviera lo más lejos posible de la portería de Luis Michel.
A 10 minutos del final, el Guadalajara seguía con la misma consigna, fue entonces que Jesús «Chapo» Sánchez con la pelota en los pies fue a buscar el banderín de tiro de esquina (acción que viene en el librito para situaciones como esta), sin embargo al estar cerca ya del banderín, con un movimiento se perfiló hacía el área dejando a un par de defensores tirados mirando ingenuamente como se les iba su presa. «Chapo» desde afuera del área envió un centro al área donde se encontraban Gallardo y el «Chore» Mejía, era verdad ¡no había delanteros! entonces fue que el balón golpeó al defensa, o a Gallardo, o Gallardo al balón, ni viendo la repetición es claro, el asunto es que el balón entró. Nada despreciable el festejo como estar en la lista de los goles que más hemos gritado, una vez más las emociones fueron otras y no era para menos en un partido que hasta el más realista pudo pensar la posibilidad de perderlo lo habíamos ganado con 9 hombres. Fue el primer gol de Antonio Gallardo en primera división y la victoria nos ayudó para terminar la jornada en primer lugar general, situación que esperamos sea igual en esta ocasión.