Antonio Briseño ¡Que agradable sujeto!

Mucho se habla en estos tiempos dentro de la concurrida afición rojiblanca de futbolistas que ya no están en el Guadalajara, que fulano es el adecuado para cierta posición, que debemos tener a uno que no quiere estar, incluso algunos que ni siquiera están en buen nivel ¿pero por qué mejor nos preocupamos de alguien que cumpla precisamente lo contrario a lo que decimos? Específicamente me refiero a Antonio «Pollo» Briseño.

Su reciente estadía en Portugal potenció y renovó su futbol, después de su intrascendente carrera en la Liga MX donde tuvo la mala fortuna de militar en equipos chicos, no debía desaprovechar la oportunidad de brillar en el Feirense donde a pesar de descender en su segunda temporada fue elegido por la revista portuguesa O jogo parte del 11 ideal de la Primeira Liga de Portugal.

 

Aún cuando los medios daban por hecho que se vestiría de Chiva, Antonio Briseño Vázquez se mostraba ausente de los mismos tal vez se encontraba aún negociando el contrato y el convenio con el club todavía no era un hecho. Desde ese momento daba muestras de algo diferente, envío un mensaje en video por redes sociales diciendo que hay que saber esperar. Claro, había que esperar al 2 de julio de 2019 para que se hiciera oficial algo que al parecer cambió el rumbo de su carrera: su fichaje con el Club Deportivo Guadalajara.

En poco tiempo nos ayudó a esclarecer el perfil rojiblanco necesario y que poco se ha trabajado en el Rebaño porque tiene algo que se había perdido en nuestros futbolistas, ímpetu, coraje, vergüenza deportiva, que podemos traducir en: HUEVOS.

Desde su primera declaración que fue vía redes sociales nos hizo entender que sabía a donde llegaba, que no sería como esos jugadores que vinieron a Chivas pareciendo obligados, y sobre todo el entendimiento del compromiso que conlleva pertenece a este club; mención aparte el video donde se escucha su voz diciendo ¡Ya soy rojiblanco! En su primera entrevista nos dejó este par de joyas: «Llegar a este equipo, que es el más grande de México, es algo que no puedo explicar con palabras», «Si tengo que sudar sangre voy a sudar sangre por este equipo», por si fuera poco en su presentación también nos dejó satisfechos por sus declaraciones donde entre otras cosas dijo que afrontará el mejor reto de su carrera e hizo menos a su primer equipo en primera división.

Todo muy lindo hasta ahí, era tiempo de comenzar a demostrarlo. Algunos minutos ante Fiorentina, capitanía sorpresiva ante Benfica, ambos de pretemporada, ningún minuto en el primer partido vs Santos; hacían ver que tal vez Tomás Boy contaría con él para trabajar en el entrenamiento y el Pollo debería pujar por obtener algunos minutos.

Aprovecharía cada oportunidad, la recibió en el partido amistoso ante el Atlético de Madrid, inició pero hubo un detalle donde noté que no se iba a conformar con poco y era verdad lo que dijo a su llegada. Parte del convenio de estos partidos era desempatar en caso de ser necesario con penales. Briseño quiso colocar su tiro y lo falló, pero el portero se adelantó y el disparo debió repetirse, sin dudarlo su nuevo tiro fue diferente, potente, imposible de atajar, claro, era verdad lo que dijo cuando llegó. Tal vez olvidó por un momento que lo suyo no era precisamente ser un exquisito del futbol sino un DESPIADADO.

PRIMER DISPARO
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SEGUNDO DISPARO
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Pronto, siguiente fin de semana, fue titular. A partir de ese momento Antonio Briseño se convirtió en un verdadero protagonista en la cancha, con su toque personal en cada uno de los partidos.

Jornada 2 en un tiro de esquina se adelanta al defensor y con un sólido remate de cabeza le anotó gol a tigres, lo mejor (como si pudiera haber algo mejor que un gol) fue el festejo ya que la euforia y emotividad nos hizo saber que es uno de los nuestros:

Gracias a él en la semana posterior a la Jornada 3 se habló sobre su festejo por una barrida, a muchos les pareció exagerado pero a nosotros nos demostró que está al 100% con la mente puesta en ser ese defensor despiadado que alejará el balón de nuestra portería.

En la Jornada 4 recibió una falta en el área que si no fuera por el VAR injustamente no habría sido señalada, él estaba seguro, desde nuestros asientos del estadio notamos su tranquilidad al hacer la seña de que recibió el golpe que solo era cuestión de la revisión. Posteriormente Pulido anotaría el penal.

En una circunstancia donde en otro lugar ya se estuviera pensando en el próximo partido, en un despeje del contrario Briseño saltó buscando la pelota, la ganó pero no solamente para alejarla sino que dejó a Alexis Vega con posesión del balón y perfilado rumbo al arco. Fue gol. Gol que desde el defensa central manda el mensaje de que el equipo luchará hasta el último minuto y está dispuesto a resultados épicos.

Los pocos partidos que lleva en el Guadalajara avalan perfectamente sus palabras al llegar, dispuesto a cambiar el entorno como debe ser con trabajo, paso a paso, con los objetivos claros. Nos da la impresión de que juega con la garra del Tigre (el único que se escribe con mayúscula). Su pasado ahora no importa mucho, su presente le tiene una enorme responsabilidad y nuestra confianza, su futuro luce prometedor.

¿Logrará convertirse en un histórico del Guadalajara? solamente el tiempo nos dará la respuesta pero el camino para que suceda parece que es el que ha tomado durante este poco tiempo que ha vestido la rojiblanca.

Esta foto es de Chivas, seguramente de Simon.