Los penaltys de los Armandos González

Después de algún partido el año pasado, por los pasillos del estadio Akron me encontré con Armando González Bejarano, aquel centro delantero del Guadalajara en los noventas que ha tomado nueva vida pública gracias a su hijo la “Hormiga” Armando González Alba quien en ese entonces aunque ya había debutado aún no “explotaba” del todo su futbol.

Le pregunté si hablaba con su chavo dándole consejos futboleros, me lo afirmó: obviamente. 

Anotó 11 goles con la camiseta del Guadalajara y quizá acostumbrado a que solo lo recuerden por el gol (GOLAZO) que le marcó al américa en la temporada 1992-93 se mostró bastante sorprendido al escucharme, casi implorándole, que no le enseñe a tirar penales como él lo hizo con Celaya.

Es que además de jugar en el Guadalajara “Mandín” vistió las camisetas de Tecos, Toluca, Querétaro y por supuesto Celaya, donde tuvo su mejor temporada goleadora en su carrera (Invierno 2000) marcando 9 goles, incluyendo 1 a las Chivas de Bracamontes.

El asunto y el tema principal de mi corta conversación fue que en ese torneo (Invierno 2000) le tocó tirar 3 penales y lo hizo de manera poco convencional: tomaba vuelo y al momento del silbato corría al balón para supuestamente patearlo, estando listo para hacerlo solo lo cachetea al lado contrario del portero, no era un Panenka (no le pedía absolutamente nada) pero sí un cobro pariente de éste; incluía esa sutileza técnica y la gran tensión de que si algo salía mal generaría un gran ridículo dando pie a que cualquiera que no lo tiró tenga siempre una mejor opción de lo que debió hacer.

Entendiendo mi absurdo reclamo me respondió agrandado, ad hoc a nuestra conversación: “pero no fallé ninguno”. “Nos va a matar de un infarto” le dije, a lo que como catarsis a nuestra ya importante y trascendental charla, sentenció: “Entonces que reviente el arco”. No pude decir nada más que “por favor” pasando a la infaltable #UnaFotoAmigo para rememorarlo.

No pasó mucho tiempo para que la “Hormiga” tuviera una oportunidad desde los 11 pasos, en un partido anterior Efraín Álvarez no logró concretar el penalti y como Armando llevaba en ese entonces 6 goles, recibió la confianza para lanzarlo.

Pensé todo el tiempo que debió cobrarlo Efraín, sí bien había errado el que tiró, sigue siendo el que mejor le pega a la pelota del plantel además de que debía obtener de nuevo confianza. No sabemos sí la decisión fue suya, de Milito o de alguien más pero Luis Romo tuvo todo el tiempo la pelota posterior a la marcación, finalmente él se la entregó a la «Hormiga».

Olvidé que había tirado favorablemente uno en serie en la Nations League vs Charlotte. Pero me tenía ahí, hundido en mi asiento del estadio recordando mi charla y los cobros de González Bejarano, junto a esto evoqué a aquellos delanteros rojiblancos a los que generalmente no les favorecían los penales (hagan memoria y podrían recordar alguno con los más recientes 3 campeones goleadores fallando uno), deseando que esto terminara pronto.

Pude respirar, aplaudí frágilmente, como renaciendo después de unos minutos fuera de este mundo, la sangre me volvió al cuerpo y pensé que después de todo no estaría mal que se atreviera a cobrarlos como su papá en Celaya, aunque primero deba meter al menos unos ochenta.