Era el Clausura 2004, y en ese entonces Chivas en las últimas 5 liguillas a las que había accedido (incluyendo repechaje), en 4 había sido eliminado por el Toluca, por lo cual, estaba el tremendo estigma de ser nuestra bestia negra. Nos volveríamos a encontrar con nuestro verdugo una vez más en las semifinales, tras una remontada heroica ante Atlante en cuartos de final, el Rebaño tenía la oportunidad de por fin, derrotarlos por fin. En la ida en el Nemesio Diez, el Rebaño cayó por 1-0 ante el conjunto escarlata y tendría que venir de atrás en el Estadio Jalisco para poder llegar a la final, no era un escenario imposible para nosotros, ya que la victoria por cualquier marcador al no haber gol de visitante en aquel entonces, Chivas avanzaría.
El partido como es normal, fue tenso, y Chivas se topó con la pared durante el primer tiempo, llegando al descanso 0-0. En el segundo tiempo las cosas cambiaron, y al 57 tras un jugadón del Bofo Bautista que dejó Omar Bravo casi mano a mano con Cristante, el defensor toluqueño Edgar Dueñas lo derribó y Marco ‘Chiquidrácula’ Rodríguez marcó penalti y expulsión para el jugador choricero. Ramón Morales, como era su costumbre, tiró el penal con categoría y puso a Chivas arriba 1-0, lo suficiente para acceder a la final. Sin embargo el destino nos tendría algo preparado, ya que al minuto 78, el Maza Rodríguez se equivocó y derribó a Vicente Sánchez para que se marcara penal, y entonces Israel López tendría la oportunidad de empatar el juego y darle la ventaja al Toluca en el global… pero Oswaldo Sánchez tenía otros planes y detuvo el disparo de López, conservando la ventaja y minutos después, Ramón Morales en una descolgada sirvió un balón preciso para Ramón Ramírez quien definió sobre la salida de Cristante para anotar el segundo gol de la noche y sentenciar nuestro pase a la gran final. El diablo había sido exorcizado.
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