Cada que juega Chivas contra atlas, (sea amistoso u oficial, sub o mayor, femenil o varonil), irónicamente me nacen apurados deseos de leer algo, lo que sea… una revista, una historieta animada, un instructivo, un folleto, un libro, etc.
Y es que, para un rojinegro no hay peor ofensa, que la de ver a un Rojiblanco sentado y leyendo… A ellos no parece importarles las burlas del cuarto gol que los hizo bajar a la cancha a detener un partido convertido en masacre; a ellos no les importa las burlas de su «pasión» que les provoca una copa; a ellos no les parece interesar que tengan más de medio siglo sin ser Campeones; a ellos no les preocupa que los denominen: ‘cagones’, ‘amargados’, ‘delicaditos’, ‘margaritas’ o ‘juanitos’ (por estorbar en las banquetas). No les molesta vivir a la sombra de 12 estrellas de Chivas. No les perjudica ser el único equipo malo de Jalisco. No lo asimilan, porque, aunque se los expliques, no lo entenderían…
Pero hay algo que si logran entender. Es algo que les cala, que les duele y que aún les arde. En su diminuto raciocinio hay algo que no toleran… Ver a alguien de Chivas leyendo algo, inmediatamente lo asocian con la histórica imagen del ‘Tubo’ Gómez leyendo sentado en su portería. Esa foto es algo más que una burla. La tienen tan presente, que la guardan en una caja especial dentro de su cerebro con la leyenda: «me duele el orgullo».
Esta mofa se remonta al 24 de abril de 1955. Se enfrentaban Chivas vs atlas. La pelota no llegaba al marco de Chivas. Nadie remataba a la portería de Jaime el “Tubo” Gómez, el guardameta de las Chivas, no tuvo trabajo en ese partido y se aburrió en su portería. Tras una tercia de goles de Chivas, los fanáticos del Atlas empezaron a fastidiar al “Tubo”. Justo cuando los gritos eran más hirientes e insistentes, se le ocurrió hacerlos enojar con algo extraordinario para que no se les olvidara nunca. Cuando ya casi finalizaba el primer tiempo, Jaime Gómez se acercó a la Porra Popular del Guadalajara y pidió una revista, era una de historietas de ‘Memín Pinguín’ que alguien tenía. Tomó la revista y se sentó bajo el poste de madera del lado derecho de su marco. Un reportero gráfico, el Sr. Ornelas aprovechó para tomarle la foto que quedaría para la posteridad como una de las mayores burlas cometidas por un jugador dentro de una cancha de fútbol.
Tan pronto le tomaron la fotografía para los periódicos, se levantó rápidamente e hizo el ademán tipo ‘catrín’ haciendo la burla a los del atlas, que estaban servidos. El partido terminaría 5-0 a favor de las Chivas, pero el resultado solo sería anecdótico. Ese partido, pasaría a la historia por ser el día en que se produjo una de las mayores burlas de Chivas hacia el atlas, la cual, hasta la fecha, la tienen tan arraigada, que ni el 18 a 0 que tanto alardean y presumen, se los hará olvidar. A nosotros, ese marcador abrumador lo digerimos con 12 copas de oro con vino. ¿Pero a ustedes…?
¿Con qué se les quita esa eterna y completa amargura?
Sí en 1955 hubieran existido los celulares, estoy seguro que ‘Tubo’ Gómez se hubiera tomado una selfie, se hubiera puesto a textear en WhatsApp y hasta le hubiera dado tiempo de leer mis Letras Rojiblancas en su Facebook, esto a través del tiempo y de la imaginación…
‘Él, tuvo’ la mejor inspiración de burla hacía su odiado rival. El ‘Tubo’ es considerado el más antiatlista y antiamericanista. ‘Él, tuvo’ la mejor creatividad hasta la fecha, para hacerles burla y eso aún se sigue recordando y agradeciendo.
Y es que, hasta para hacer burla con diplomacia, Chivas es de lo más original…
¡Nadie, ni nada como el Guadalajara!
¡Venga rojinegro cagón!, di lo tuyo…