Hoy le diremos adiós a una era de triunfos que estuvo precedida de una época negra en la historia del Club Deportivo Guadalajara, donde pasamos de ser un equipo que peleaba el descenso a ganar el ansiado campeonato 12 y un muy necesitado título internacional con la Liga de Campeones de Concacaf, además de dos campeonatos de Copa y una Supercopa. Hoy Matías Almeyda, quien dijo que venía a ‘levantar un gigante’ le dirá adiós al Club.
En mis 33 años de vida, no me ha tocado ver un técnico tan universalmente querido por la afición chiva. Mucho tiene que ver el hecho de cómo tomó el equipo y cómo lo deja, pero también, el ‘Pelado’ transmitía algo que no veías en técnicos de Chivas desde hace mucho tiempo. Un DT cuyas charlas motivacionales podíamos ver eventualmente por las redes sociales del equipo (así como Chivas TV) y que a pesar de ser extranjero, estaba perfectamente consciente de lo que significaba Chivas y su afición.
Las convivencias con la afición en los hoteles de concentración permitieron muchísimo a la afición a acercarse con su equipo, que en anteriores épocas con otros entrenadores siempre se encontraban distantes con los aficionados. Pero eso también iba más allá, quienes trabajaron en el club, desde el primer día que llegó Almeyda, se sorprendieron al ver al argentino colocar los conos de entrenamiento sobre la cancha, recoger los balones al término de los entrenamientos, anteriormente, los utileros y staff que viaja con el equipo a todos los partidos comían por separado del plantel y cuerpo técnico, con Matías, todos comían juntos.
También, es un técnico que cuidó mucho el aspecto humano de los futbolistas, hizo especial hincapié a los futbolistas en cuidar su economía además de terminar sus estudios, afirmando en alguna ocasión ‘quien no estudia, conmigo no juega’. También se reconfiguraron las instalaciones en el club, desde el gimnasio hasta los comedores.
Es muy difícil en este medio encontrar esa rara combinación de un excepcional ser humano y un buen entrenador. Más allá de algunas críticas que se le pudieron hacer en cuanto a estrategia, no cabe duda que formó a un equipo ganador, con 5 títulos oficiales y con un plantel que mostró una gran unión, como dijera Rodolfo Pizarro: ‘muchas veces los que no juegan no escuchan al técnico, pero con Matías era totalmente distinto, todos los jugadores acudían a él como un padre, siempre quería que estuviésemos felices’.
Desgraciadamente y como ha sucedido tantas veces en la era Vergara, Matías se va por la puerta de atrás, obligándolo a irse, por las malas formas de toda la vida que han acompañado muchísimos despidos en el pasado (Chepo, Hans, Galindo, Yayo, etc., son otros ejemplos de entrenadores que se han ido de mala manera del club), porque a un entrenador que tanto le dio al equipo, parece imposible que los patanes que están en las altas esferas de la administración del club le den siquiera las gracias. Matías no merecía esto.
No necesito desearles nada malo a Jorge Vergara, Amaury Vergara y José Luis Higuera, a todas luces los responsables de este nuevo escándalo, porque todo en esta vida pone las cosas en su lugar con el tiempo. La historia los juzgará.
La afición está más molesta que nunca, se fueron 3 jugadores titulares del plantel, incluyendo al mejor jugador del equipo y ahora, el entrenador, ese con el que volvimos a ilusionarnos. Ni cuando a Vergara se le ocurrió cambiar el escudo en 2009, vi a la afición tan enojada como hoy. Se ven nubarrones de tormenta en el futuro del Club, y justo cuando en Diciembre, Chivas tendrá que ir al Mundial de Clubes, con un nuevo entrenador y con un plantel debilitado, con una afición dolida, molesta y decepcionada. No pinta nada bien.
A ti Matías, te digo muchas gracias, tu lugar en la historia del Club Deportivo Guadalajara está garantizado. Le diste algo más allá de títulos al equipo, lograste una comunión cuerpo técnico-plantel-afición que no me había tocado ver en toda mi vida. Te deseo la mejor suerte del mundo, porque un tipo como tu, merece lo mejor. Me hubiera gustado que decirte adiós fuera de otra manera, porque tú no merecías este final tan triste y tan injusto en Chivas.