El “Bofo” entrenaba en Verde Valle bajo las órdenes de Hans Westerhoff como cualquier otro día, pero en plena práctica recibió una noticia que cambiaría su vida para siempre, un familiar llegó con la mala noticia: la madre de Bautista, Cristina Herrera Dorantes, había fallecido.
El golpe, como era de esperarse, fue durísimo para el enganche rojiblanco. El mediocampista tapatío se perdió el partido de ida del repechaje de la Copa Libertadores ante Colo Colo y pagó dos partidos de suspensión en el campeonato mexicano. Nadie apresuró su regreso, a Bautista se le dio todo el tiempo necesario para recuperarse de su pérdida, pero para el delantero del Rebaño, jugar era su mejor terapia.
“Bofo” regresó a las canchas el uno de febrero, en el compromiso de vuelta ante el Colo Colo, y fiel a su estilo, llamó la atención desde el momento que saltó al terreno del Estadio Jalisco; en el dorsal de su playera le rindió un pequeño homenaje a su señora madre, debajo del número veintitrés estaba estampada la leyenda: “My Angel”.
Pero el mejor tributo no fue ese estampado en la casaca. En el minuto 81 del partido, Bautista recibió un pase en las afueras del área grande, y con la calidad que le caracteriza, anotó un golazo. Por supuesto, la anotación fue dedicada a su señora madre, su ángel, en uno de los momentos más emotivos en la historia reciente de Chivas.
Bautista le siguió rindiendo tributo a doña Cristina durante todo el 2006, sus goles llevaron al Guadalajara a la semifinal de la Libertadores y al campeonato del Apertura de ese mismo año. No nos queda duda, el “Bofo” habría cambiado todos sus logros deportivos por volver a estar con su madre, pero honró su memoria a través de lo que mejor sabía hacer, ser un crack en el terreno de juego.
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— ADOLFO “BOFO” BAUTISTA (@bofo_100_) April 14, 2020