En lo más alto, no hay más. Chivas llegó ahí por mérito propio, a pesar de las críticas, las burlas, las dudas, las envidias, las lesiones, las lamentables opiniones de los “periodistas” deportivos y hasta el mame estúpido atestado de juicios y memes racistas, clasistas y malinchistas.
Sí: el Deportivo Guadalajara está ahí, en la final, a pesar de que en el presente Clausura 2017 se registraron 197 jugadores extranjeros gracias a la aplicación de la regla 10/8, tan absurda y disfuncional que ahora ha sido tibiamente reformulada en una “más equitativa” regla 9/9.
Así las cosas, el obstáculo para alcanzar la anhelada estrella 12 no es solamente un equipo, al que enfrentaremos a visita recíproca este jueves 25, a las 21:00 horas en Monterrey, y el domingo 28 de mayo en el peculiar y ya tradicional horario de las 18:06, en Guadalajara. Noup. El obstáculo real que ha enfrentado Chivas en esta temporada, a cada jornada, es un sistema de competencia hecho a modo para ciertos equipos… algunos de los cuales ni siquiera entraron a la liguilla.
Chivas está donde merece, donde debe estar: alzando el título de la Copa MX Clausura 2017, disputando el campeonato de la Liga MX, sustentando el ideal de que un grupo formado por mexicanos sí puede organizarse, luchar por un objetivo, triunfar, hacer las cosas bien.
Y es que Chivas siempre está ahí para recordarnos: “mexicano, digan lo que digan, sí somos capaces de hacerlo”.
Los tiempos en nuestro país y en el mundo no son los mejores. Se convoca el levantamiento de muros fronterizos, los políticos traicionan arteramente a nuestra gente una y otra vez con promesas incumplidas y robos, y nuestra sociedad se encuentra dividida, polarizada, enfrentada consigo misma en discursos y urnas, pero también con armas (aunque los noticiarios lo intenten ocultar).
Pero en medio de esa cultura de la violencia estamos ahí, todos los días, quienes trabajamos por una cultura de la paz y quienes creemos en la bondad, la justicia, la solidaridad, el amor, la creatividad y el talento de los mexicanos. Igualito que como reza el lema de nuestro equipo: “Fraternidad, Unión y Deporte”.
Club Deportivo Guadalajara: tienes un lugar muy especial en la historia y en el Universo; estás en el corazón de quienes creemos en la lucha diaria, en el esfuerzo por México, y te alentamos con fervor en una final que, sabemos, será difícil, pero no imposible. Ahí estaremos, iluminando las calles de ciudades y pueblos con tu escudo y tus colores, desde Mérida hasta Tijuana, y más allá. Ahí vamos a estar, pensando en ti, pronunciando tu nombre, latiendo contigo. Y no te vamos a dejar.
Quizá los aficionados de otros equipos no entiendan estas palabras y crean que son una exageración, hasta una ridiculez. Pero confío en que deje de parecerles así cuando la vida les dé la oportunidad de sentir un amor igual. Ojalá que algún día tengan esa bendición.