El ascenso del «Chapo» Sánchez

Kristian Álvarez, Giovani Hernández y Jesús Sánchez tenían algo en común. Cuando alguno de ellos se ponía la rojiblanca y se preparaba para entrar al campo o aparecía en la oncena titular, de inmediato sentíamos que la posición que pretendían cubrir ya estaba comprometida para mal. “Ahí está el pan”, pensaba el rival y también nosotros.

Lo de ayer, con el “Chapo” Sánchez como capitán del Guadalajara suena a que es un mal chiste. En alguna ocasión, no hace mucho, reconoció que pudo haber salido de Chivas, pero también que esa no era su intención. Lo pudo haber hecho, irse a otro equipo donde la exigencia no sea tan alta y que la presión cayera sobre los extranjeros. El “Chapito” se quedó, aguantó banca con José Manuel de la Torre y con Matías Almeyda. El “Pelado” lo puso en lugar de Raúl López, otra de las llamadas “joyas”, y le quitó el puesto, vaya, le abrió la puerta de salida.

Lo del “Dedos” tiene mucha influencia en el tema del “Chapo”. Luego de ser enviado a la banca, López cayó en un bache emocional que algunos conocemos como “berrinche”. El no celebrar con sus compañeros la agónica victoria ante Atlas con gol de Pereira fue una muestra de lo poco que le importaba el equipo. Y tal vez piensen que éstas palabras son muy duras contra un chavo que me lleva apenas dos años de edad, pero lo que hizo no tiene justificación. Esa obsesión de ir a los Juegos Olímpicos de Río debió ser dirigida a una obsesión por mejorar, por escuchar a su entrenador. En cambio, fue vendido a Pachuca y sólo por las lesiones que padeció el “Tri” fue llamado de emergencia en plena competencia por el “Potro” Gutiérrez.

Hoy a Raúl López no se le extraña. Ayer vimos que ante la ausencia de líderes natos como Jair Pereira y Carlos Salcido, el “Chapo” fue capaz de portar el gafete de capitán en una defensa que apenas le permitió tres tiros a gol a Jaguares.

En aquellos tiempos oscuros del 2012-2014 cuando parecía que ningún jugador de Chivas sabía de qué se trataba el futbol, se buscaron culpables a más no poder. “Gio” Hernández era el futbolista que los narradores catalogaban como talentoso con potencial a desarrollar; nos quedamos esperando. Kristian Álvarez se popularizó más por haber sido yerno de Jorge Vergara que por su férrea marcación o por su seguridad para manejar la defensa central; aspectos que nunca le vimos.

A Jesús Sánchez le recordamos por ser un futbolista intrascendente, técnicamente limitado y extremadamente lento para jugar por las bandas. Le recordamos así, pues hoy en día a algunos nos sigue asombrando el inesperado repunte del “Chapito”. Él, junto con “Patroncito” y el “Híbrido” fueron crucificados por la afición en determinado momento. Como en cacería de brujas se exigió que abandonaran al equipo y finalmente, aunque prestados, dos de ellos dejaron de vestir la rojiblanca. Álvarez nos dejó la amarga imagen del penal que cometió en la final de Copa MX ante Puebla, justo después de que el equipo había empatado 2-2. Hernández Neri como un cero a la izquierda en la plantilla del Rebaño partió a pelear el descenso y después a la mismísima liga de Ascenso MX.

¿Por qué uno está destacando y los otros no, especialmente si mostraban nulas capacidades para ser competitivos? La respuesta es muy simple: mentalidad. En alguna entrevista salió que Giovani Hernández ni cuando era niño se imaginó ser futbolista. Mientras Kristian se subió a la ola de futbolistas mexicanos que llegan a las selecciones inferiores y jamás despegan.

Por otro lado, Jesús Enrique Sánchez hizo lo que cualquier persona dedicada hubiera hecho: TRABAJAR. No hay mayor ciencia. No busquemos explicaciones complicadas. Un futbolista se aferró al equipo más grande de México tal y como todos deben hacerlo, valorando lo que es Chivas y poniendo lo que hace falta cuando ya no te da el talento. Fueron incalculables las críticas contra el “Chapo”, pero no salió a pedir que no lo abuchearan como otros, ni tampoco se resignó a irse a un equipo de menor trascendencia. Con pura dedicación el “Chapito” pasó del jugador mierda al titular indiscutible.

FOTO: CHIVAS