El estacionamiento se fue llenando poco a poco, los distraídos o mal acostumbrados fueron enviados – por llegar “tarde” – a las áreas de tierra aledañas al predio. Música en algunos sitios, cervezas rondando entre los presentes bien ataviados con sus mejores prendas del Guadalajara y por supuesto asadores para hacer más amena la espera.
Todo parecería un día normal de partido en las afueras del estadio Akron sin embargo esta ocasión no fue tal, la normalidad aparente solo sirvió para dar forma a la excepcionalidad del caso, estamos hablando de una presentación, la de Javier Hernández Balcázar como jugador rojiblanco, así es ¡regresó Chicharito!
Los puestos de venta afuera del estadio lucían una bufanda fondeada en su mayoría en azul marino con una ligera línea blanca, con otra más gruesa roja resaltando en letras grandes y blancas la palabra CHICHARITO flanqueada con dos escudos del Guadalajara. Banderas rojas con letras blancas con la leyenda “De vuelta en casa” y la silueta del hombre del momento con la palabra Chivas disfrazando un 14 en referencia al número que uso y usará Javier. También había una camiseta (esta sí media culerilla) con una silueta de algún festejo arrodillado.
Como en el casino, la casa no va a perder, la bufanda costaba $399, algo elevado el precio, aunque las versiones no oficiales (nunca piratas) parecían que les faltaba cierta calidad en su manufactura. La inmensa réplica de la camiseta que se encuentra en la parte norte del “Fiesta Rebaño” ya tenía bien adherido a su dorsal el número 14 y sobre este la palabra CHICHARITO.
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— Rojo y Blanco 🇲🇨 (@RojoyBlanco1906) February 7, 2024
Al cruzar los torniquetes y antes de entrar al estadio note una fila, tal vez estuvieran regalando algo me sugirió mi instinto “come cuando hay”, pero cual fue mi sorpresa al darme cuenta que era una fila para entrar a la tienda pues todos querían obtener (tal vez con descuento de abonado) algún souvenir del día.
Ahora había que llegar al lugar, en donde nos encontraríamos una bandera blanca o roja (a según) que además del escudo y de un patrocinador decía “Bienvenido Chicharito”. Nos encontramos con una gran pasarela desde la salida del túnel de vestidores hasta media cancha donde había un templete con sillas desde donde minutos después transmitirían el evento.
El estadio prácticamente lleno, aunque siempre la envidia de los detractores hará más notorios los espacios vacíos (que no eran muchos) ayudados también por quienes intentaron vender (algunos lo lograron) en precios elevados los boletos que de origen fueron cortesías.
Finalmente las palabras de Chicharito quedaron para la posteridad evidenciando que a pesar de tener algunos detractores es uno de los nuestros, se hizo aquí, tiene estirpe rojiblanca y que independientemente de lo que haga en la cancha lo que ocurrió la noche del 27 de enero en el estadio Akron marcó un hito dentro del futbol mexicano. Dudo que pronto pase algo similar en México, mucho menos con el resto de equipos pedorros que viven a la sombra del Guadalajara. Tenían que juntarse los fenómenos sociales que son el Guadalajara y uno de sus hijos predilectos para que ocurriera algo de esta magnitud. Después de ver esto no puede parecer descabellada (a pesar de que su carrera la haya hecho en su mayoría fuera de aquí) la idea de considerarlo uno de los grandes ídolos rojiblancos.