Si me preguntaran: «¿Cuál ha sido la película que ha marcado tu vida?» Sin duda respondería que fue, es y será… la que me recomendó mi Padre hace muchos años: «La sociedad de los poetas muertos».
Como paréntesis explicaré en breve el porqué; desde chico siempre tuve la inquietud de saber por qué los periodistas, en especial los que escriben, no se arman de valor para ser libres y así externar abiertamente sus colores, ¿por qué desde ese tiempo les daba miedo decir públicamente a que equipo aman? Yo en esos años decía: «ellos deberían mezclar la literatura y la poesía con el equipo que apoyan, para así romper esquemas…»
Pues bien, en el contexto de lo que está sucediendo con los jugadores de Chivas y el respaldo a Matías, un buen pretexto para comparar la situación, sería la película: ‘La sociedad de los poetas muertos’, cuyo protagonista es el ya fallecido actor Robín Williams.
La poesía como pretexto. El escenario es la famosa escuela Welton Academy, de Vermont, Estados Unidos, reconocida por su prestigio y sus valores: tradición, honor, disciplina y excelencia. El relato es simple y lineal. La historia comienza cuando el profesor John Keating –Robin Williams- intenta cambiar ese paradigma mediante la enseñanza de la poesía. Y gracias a su inspiración, los métodos y las concepciones diferentes de la enseñanza, no solo logra trasmitir esa extraña capacidad de producir imágenes que tienen los poetas, sino, fundamentalmente, transformar las vidas de sus estudiantes. ‘Carpe diem’ y los esquemas rotos. El referente para el profesor es Walt Whitman, y su famoso poema que le dedicó al presidente Abraham Lincoln: ‘Oh capitán, mi capitán’. ‘De repente, les señala una orla de la primera generación de estudiantes del colegio y les dice que ellos no entendieron el concepto del ‘carpe diem’ y que ahora, desde el más allá, piden a los nuevos estudiantes que no pierdan lo que no podrán volver a recuperar: el tiempo’. ¿Qué es ‘carpie diem’? Es una expresión latina que significa literalmente ‘toma el día’, acuñada por el poeta romano Horacio (Odas, I, 11), que equivale en español a ‘no dejes para mañana lo que puedes hacer hoy’. En otros términos: vivir el momento. Pues bien: el profesor pide leer la introducción del libro para definir la poesía, y lo califica como ‘basura’. Acto seguido solicita a los estudiantes que arranquen esa página porque, según él, la poesía no tiene normas ni estructuras. ‘Solo piensa, dale énfasis en lo que necesitas y rompe esquemas’. Los estudiantes quedan estupefactos e indagan los antecedentes de tan ‘extraño’ profesor. Y en el anuario de su promoción- pues John Keating había sido exalumno de Welton Academy- descubren que había creado el ‘Club de los Poetas Muertos’. Entonces deciden crear un nuevo club. Y la historia continúa de manera trepidante. Al final, más que por rebeldía, despiden al profesor de la escuela por su «extraño método de enseñanza», con lo cual al dejar el salón de clases, sus alumnos le dan un claro ejemplo de enseñanza: la lealtad.
Con este mismo valor de los estudiantes, me atrevo en hacer la comparación de los jugadores de Chivas y su capitán. El sincero respaldo y apoyo leal que le mostraron con sus publicaciones en twitter, me hicieron recordar la imagen de la película en la que los estudiantes se suben a sus bancas para expresar más que el apoyo, la gratitud de sus enseñanzas.
Pues bien, aquí en la vida real y en un caso de fútbol, pasó lo mismo. El maestro Matías rompió esquemas para unir a un grupo de jugadores que lo llevaron a la gloria, después de estar en el abismo, sin embargo, obligado por un director autoritario de seguir con el viejo método, lo está expulsando del Colegio Chivas… lo cual al final de todo, nos deja en claro que su nuevo método ha servido de mucho, porque nunca antes en la historia del fútbol mexicano, se había visto tanto el respaldo hacía un entrenador lleno de filosofía, de enseñanza y sobre todo de valores…
¡Oh Matías, nuestro Matías!