Señor Jorge, esta es la segunda carta que le envío a su whatsapp, la primera pública.
Le escribo justo en este momento que todos los medios hablan del tema Almeyda.
Desde que usted tuvo la tan atinada decisión de traer a Matías y justo desde hace cinco copas, estamos embelesados de felicidad por esos logros del “equipo de todos”. Una vez más, alguien nos dio la grandeza que nos debían y de lo que tanto está acostumbrado el Guadalajara, dejando siempre en claro, que los mexicanos somos capaces de cualquier cosa…
Lo que sucede adentro del Club, es un momento de inflexión que nos debe servir de estímulo para repensarnos como afición. El discurso común es, que este equipo nos ha demostrado que con «fe» se puede vencer la adversidad; que con «corazón, determinación y amor por la camiseta” se puede triunfar hasta salvar el descenso y lograr dobletes.
Déjeme compartirle plenamente mis sentimientos, porque me parece que en esta gesta, como en todo, no basta con la fe y el amor por la camiseta rojiblanca para alcanzar el éxito. A la par de la fe y el amor debe estar el “trabajo”. Estas condiciones se necesitan mutuamente. La fe y el amor sin trabajo no conducen a nada: resultan igualmente inútiles que el genio sin disciplina. En consecuencia, es importante analizar cuál ha sido la clave del gran éxito del Club, a lo largo de su Historia… Somos el equipo más Grande, más Popular y más Querido, por favor, no olvide esto…
Señor Jorge, la gran lección de los Campeonísimos, es el éxito producto del esfuerzo y la convicción, del espíritu emprendedor y de mucho pero mucho trabajo. Eso es lo que como afición y directivos, debemos aprender de ellos.
Por eso le escribo esta carta. Aproveche el gran lugar en el que está. Ya me dejó claro que no venderá al equipo. Y si la crisis que se vive adentro es por dinero, de verdad le aseguro que la afición rojiblanca es la más noble, sí se quita tantito el orgullo, permita que ayudemos en aportar poquito de lo mucho que nos ha dado el club. Le aseguro que por cada diez pesos donados (algunos más, algunos menos), podríamos ayudar a retener y comprar jugadores. Le pido con el corazón en la mano, que si de verdad ama a Chivas, no permita que otros decidan. Escuche y lea a la afición. Usted es un hombre con suerte, no la desperdicie en asuntos intrascendentes. Esta es una gran oportunidad para emprender nuevos retos ante el próximo mundial de clubes.
Recuerde que desde hace algunos años, hemos venido de menos a más, no desestabilice lo ya logrado. No lo haga usted. El Club Guadalajara no merece más bajas de aquellos que han demostrado tanto amor por los colores rojo y blanco.
Señor Jorge Vergara, usted como visionario y empresario, debe saber lo inmenso de este Club, vea más allá. Chivas no tiene limites, no le busque alguno. Si se piensa bien, los problemas que están sucediendo, le puede pasar a cualquier equipo, la diferencia es que Chivas, no es cualquier equipo.
Así, pues, señor Jorge, inspírese en el señor Edgar que fundó este magnífico Club, inspírese en pasado glorioso del Campeonísimo y su historia, y sobre todo aproveche el momentum de envidia provocado por el éxito de Chivas al ganar la Concacaf; las oportunidades son escasas y las energías, limitadas. Para bien de nuestro equipo, aproveche esta enorme posibilidad de seguir trascendiendo y de que Chivas siga sacando la cara por el fútbol mexicano, atreviéndome a decir incluso, por sobre la Selección Nacional.
Tenga en cuenta que el dinero no es eterno, pero la grandeza de Chivas, sí.
¡Por el Orgullo y Grandeza de Chivas, ponga orden!
Si por esta carta, me prohíbe la entrada al estadio con mi acreditación de prensa. Yo seguiré viendo y amando a este Club.
¡Eso nadie me lo quita!
Le mando un cordial abrazo, y nuevamente gracias por la selfie en el estadio.
Atentamente
No un fanático.
Sí un enamorado de Chivas.