Habían pasado más diez años desde la última vez que pudimos ver al Guadalajara llevarse un campeonato. En ese entonces yo tenía 16 y siendo sincera lo recordaba pero esta sensación a la distancia no se apreciaba tan bien. Chivas campeón.
Quizá por las circunstancias tan peculiares: una liga plagada de extranjeros, ir contra el actual campeón, no ser favoritos, incluso ser despreciados por aficiones y analistas por “mostrar”, lo que según ellos era un juego inferior… Y al final, todo se reduce a dos palabras, Chivas campeón.
Tal vez porque hace poco menos de dos años no se peleaba por una liga más, sino por no dejarla. Eran tantas las incertidumbres, los cambios, los jugadores que así como entraban, salían. Y creo que sí, debemos aceptarlo, Chivas tocó fondo, hacía mucho que el panorama no se había visto tan complicado y tuvo que ser así para estar aquí hoy. Chivas campeón.
Un equipo con un plan establecido, que represente los valores que han forjado su historia, que esté guiado con sensatez. Un equipo que trabaje como tal. Que sepa aprovechar sus virtudes, reconocer sus limitaciones y maximizar sus capacidades para lograr su objetivo: Chivas Campeón.
Hace algunos días nos pedían completar la frase “ser campeón rojiblanco es….” Yo dije que único. Hoy pienso que sin importar la definición, es un sentimiento que no se quiere dejar. Ojalá que este solo sea el más pequeño de los pasos de este “gigante” que ha vuelto a estar de pie.
ChivaHermano, ¡completa la frase y describe ese sentimiento de alcanzar la 12! 💪🇳🇱🏆 pic.twitter.com/Cvl1IuvYA9
— CHIVAS (@Chivas) 29 de mayo de 2017