Siempre se escribe mejor después de un triunfo, siempre.
También es cierto que pasara lo que pasara en Veracruz, el sentido de este texto no iba a cambiar.
Hace más de una semana ya, se cumplió el primer año de Matías Almeyda al mando del Guadalajara, y como era de esperarse en una afición tan grande y diversa, las opiniones acerca de la gestión del “Pelado” fueron muy variadas.
Gracias a todas y cada una de las personas que en este año me han hecho sentir como en casa, juntos vamos por más pic.twitter.com/Btandyo6EE
— Matías Jesús Almeyda (@peladoalmeyda) 15 de septiembre de 2016
Uno de los tópicos que más llamó la atención en el acalorado debate tuitero se dio entre dos personas que aprecio bastante y que son colaboradores en Rojo y Blanco. La pregunta que se planteó fue más o menos la siguiente: ¿Cuál es el plazo que tiene Almeyda para salir campeón con el Rebaño?
La pregunta tiene todo el sentido del mundo, porque la inversión en el plantel ha sido grande y el material humano para pelear por el título existe, ya no es disparatado pensar que en algunas semanas pudiéramos estar en una gran final.
Entonces ¿Cuánto tiempo debe aguantar la directiva al ex capitán de River Plate? Soy de la opinión que un proceso de reconstrucción de un equipo no puede estar basado en un ultimátum. Imaginemos que el Guadalajara llega a la final esta temporada, y para nuestra desgracia la pierde de manera dramática ¿Ustedes correrían a Matías? Para mí sería absurdo.
La permanencia de Matías está pensada en el mediano y largo plazo, en cuanto desarrollo de futbolistas, y estabilización de un equipo que ha vivido años de tropiezos. Eso no quiere decir que no se pueda ganar a corto plazo, sería lo ideal, pero condicionar la gestión de Matías a la obtención de títulos esta temporada y la que sigue equivale a regresar a la eterna tómbola de técnicos que tanto dañó al club.
Más alla de estos argumentos, lo cierto es que Matías Almeyda ha tenido un muy buen año al frente del club, con dos copas obtenidas, lo cual justifica la confianza que le ha dado la directiva. Al final, los técnicos viven de resultados, y los de Matías son los mejores en diez años en Chivas.
Para un club y afición urgida de títulos, es comprensible la exigencia de ganar siempre, de ser protagonista. Pero el Guadalajara viene saliendo de una de sus peores crisis en toda su historia, y no es tarea fácil reparar todo el daño que hicieron los personajes que tenían secuestrado al club.
Sea Matías u otro técnico, es importante comenzar a respetar procesos y dar oportunidad para desarrollar un plan de trabajo, aunque eso implique pasar algunos tragos amargos en el camino. ¿La recompensa? Ahora sí, un equipo candidato al título de manera permanente.
FOTO: CHIVAS
