Proveniente de Santos fue parte de la plantilla que consiguió el título en el Clausura 2015, una lesión lo privó de jugar la liguilla. Así llegó al chiverío, sin saber que la trascendencia ausente en el campeonato de su equipo anterior la obtendría en el rebaño.
Ni los más de 5 mil minutos jugados en 61 partidos podrán explicar la trascendencia de Oswaldo Alanís en el Guadalajara como lo hacen dos «simples» jugadas. Ante la salida de Néstor Vidrio el número 2 le quedó a la perfección y fue con él que protagonizó la primera jugada que les mencionamos, aquel remate de cabeza en León después de un pase exacto de parte del «Dedos» López para darle al Guadalajara el título de Copa después de 45 años.
Oswaldo Alanís recibió la pelota de Chapo Sánchez justo dentro del círculo central, avanzó unos pasos, levantó la cabeza y vio a Alan Pulido que le marcaba el pase, sin dudarlo y con un trazo de zurda milimétrico (como devolviendo el favor del pase recibido años atrás en León) hizo que Alan Pulido solo la encaminara directa a la portería.
Al poco tiempo de verlo en la cancha se notaba que no necesitaba mucho esfuerzo para sobresalir, tal vez acostumbrado a eso, el mismo poco esfuerzo lo fue relegando en posiciones para jugar (por mucho tiempo su relevo natural fue Hedgaro Marín) cediendo definitivamente la titularidad ante la revelación de Gilberto Sepúlveda, por si fuera poco al caso se le sumó la incorporación de Alexis Peña por lo que decidió salir en busca de minutos en la cancha.
Cerca de cumplir 31 años, su segunda salida se da en términos más amistosos que la primera, tal vez por el hecho de que su contrato era el segundo mejor en cuanto a remuneración económica se refiere en el equipo. Así se va Oswaldo Alanís dueño para siempre de dos jugadas que quedarán para la posteridad en la historia rojiblanca.