Miércoles 19 de abril de 2017, la cita estaba marcada para las 9 de la noche con 6 minutos, desde temprano sorteando algunas obras en el periférico tapatío comenzaban a llegar los vehículos para darle forma al estacionamiento del Estadio Chivas.
Desde entonces se respiraba un ambiente de fiesta, así se viste el asfalto con asadores por todos lados, otros debajo de los pocos árboles que hay, unos más con toldos resguardados de un sol que se va extinguiendo. Cervezas, carne asada, hamburguesas el ingenio y la extravagancia no faltan, sin embargo la fiesta no es afuera sino adentro, tan solo nos preparamos para tenerla.
Esta vez todos son iguales, con boleto en mano, a hacer fila. Los precavidos ingresan temprano otros más tienen que batallar con la fila, el cateo y el torniquete. Tal cual encontramos a Missael Espinoza casi desapercibido haciendo fila para poder ingresar.
Llegando a nuestro lugar correspondiente nos encontramos con un pañuelo conmemorativo que incrementaría o disminuiría su valor dependiendo el resultado.
Parecía que el partido iba a ser fácil, mucho, demasiado; con esa sensación entraron muchos rojiblancos. Morelia pelea por el descenso y su prioridad es la salvación, días antes confirmó la ausencia de algunos jugadores clave, sin embargo aún los que jugarían tenían algo de futbol con que pelear el título.
Guadalajara tenía la pelota, la perdía, la recuperaba muy pronto y hasta fácil parecía. Sin embargo no tenía la profundidad para atacar (RARO) con un Morelia bien parado atrás y dispuesto a no regalar nada. Parecía cuestión de tiempo para anotar, esperando un descuido o un gran acierto y así hacer válido el cupón de campeón que trajimos de Monterrey (¿No habían dicho que era una final adelantada?).
Sosa el portero de Morelia mediante un atajadón le negó a Pulido ser el héroe casi comenzando el segundo tiempo, después haría lo mismo con otro tiro de Chofis. Hedgardo Marín se encontró un remate en el área que no logró conectar correctamente y se perdió la oportunidad, quizá más clara, de ganar el partido. No vamos a negar que cada jugada a balón parado que tenía el Morelia hacía pensar que pudieran anotar, afortunadamente no fue así.
El marco del estadio y el partido en general estaban puesto para una gran hazaña, lo que quizá muchos no se dieron cuenta es que dichas hazañas tienen el mismo escenario que las tragedias. Así que mientras en el Guadalajara no aparecía alguien que saliera con el título de héroe, Morelia intentó buscar quien fuera el villano, mandó a la cancha a Luis Gabriel Rey. Delantero de 156 goles en el futbol mexicano que ha jugado en 6 equipo y con todos logró hacerle gol al Guadalajara.
El partido terminó. Cero a cero. Incertidumbre en dosis no recomendadas. En el futbol aún no hay nadie que haya ganado por decisión unánime como en el box, la superioridad en el campo no sirvió de nada y había que definirlo desde los 11 pasos.
Recuerdos de Querétaro fueron inevitables, sin embargo ahora estábamos en casa, todos lo sabíamos y lo hicimos notar. El estado rugía y confiados en que Cota pudiera salvarnos… ah no era Cota, era el “Guacho” Miguel Jimenez, que pocos daban algo por él, incluso recordamos que pedían precisamente a Cota para jugar la semifinal. Matías le dio la confianza, con él llegamos a la final, el debía seguir y así fue.
La emoción del momento nos hizo olvidar que Miguel atajó un penal en el primer partido de la Copa, siendo aprobado ese día por la afición con el grito de portero, portero, portero. Tampoco recordamos que en 8vos el partido se definió en penales y atajó dos para avanzar. Pedía el estadio a gritos tirar sobre la portería sur, justo donde está la barra, si había un poquito que hacer para detener alguna pelota seguro el aliento lo haría, pero fue en la portería norte donde se han tirado todas las series que se han disputado en el Estadio Chivas. Ganamos a Veracruz, a Correcaminos en copa y a Boca Jrs. un amistoso. Sería en la misma.
Salcido, nuestro capitán, uno de los mejores defensores de todos los tiempos en el futbol mexicano sería el encargado de inaugurar la serie. El penal vs América, vino a la mente cuando sereno cobró para anotarlo, no debía de ser problema para él. El portero la atajó. Querétaro de nuevo en la memoria. Mario Osuna anota, estamos abajo.
El turno es para Marín. No es el favorito de muchos (quizá de nadie), pero tenía en sus pies un tiro muy importante tal vez el que defina el rumbo de la serie. El portero se mueve mucho, hace ver el arco más pequeño, ¡GOOOOOOOOL! Marín lo hizo, ahora a esperar a que fallen para emparejar esto.
¿Esperar a que fallen? Miguel Jimenez tenía otros planes, llegaron los cobros certeros de Pulido y Orbelín, el Guacho ya no permitió ningún gol. Prácticamente inédito en todo el partido puso su nombre en la historia del Guadalajara al atajar los tres penales siguientes – el último a Luis Gabriel Rey – y lograr el título de Copa.
La afición enloqueció, el estadio gritó como nunca, ¡Campeones en casa!
Matías Almeyda diría en la rueda de prensa que el futbol había sido injusto con Salcido, sin embargo fue muy justo cuando el capitán (¿también será eterno?) levantó la Copa. Título que nos supo re bien, que no podemos hacer menos y que es nuestro. El primero en casa, no está nada mal para así comenzar una nueva estirpe de títulos rojiblancos.