Reencuentro del Guadalajara con su afición

Cada día que juega el Guadalajara es especial, sin embargo hay días más especiales que otros, a veces el rival tiene que ver otras ocasiones las circunstancias juegan un papel importante.

El partido del pasado miércoles ante el Sounders no fue la excepción, en las redes sociales de los chiva hermanos se leían comentarios alusivos al partido desde días antes, la mayoría incitando a que como aficionados debíamos tomarnos en serio el encuentro. Mismo partido que al parecer la directiva no se tomó tan en serio, una molestia para los abonados el colocarlos en bloques determinados y no respetar los lugares, también se notó en el estacionamiento al ver autos en zonas donde normalmente se circula.

Mucha afición, a pesar de ser día laboral, se dirigió temprano al estadio, algunos a conseguir boleto otros más a elegir un buen lugar. Una de las circunstancias externas que ayudaron a encender el ambiente del partido fue la eliminación dentro de esta misma competencia de Xolos y tigres a manos de equipos de la MLS, como se dieron cuenta la prensa le adjudicó las culpas a la liga mexicana eximiendo un poco a los equipos eliminados.

El turno correspondía al Guadalajara, a las pinches chivas pedorras que no han sido capaces de ganar en casa y a duras penas han conseguido 11 puntos en lo que va del año e incapaces a la hora de definir frente al arco. Es deber del aficionado creer en su equipo hasta las últimas circunstancias, al menos nosotros sentíamos que podíamos remontar el global. Los recuerdos hacen que volvamos a las añoradas copas libertadores en la que sorprendíamos a todos cuando al principio no daban mucho a nuestro favor. Especialmente recordados aquella serie vs Pachuca que se reforzó con Cardozo y Pony Ruiz, quienes además ya tenían en sus filas a Jared Borgetti quien aún era un goleador temido. Comenzamos perdiendo ese partido y al final lo ganamos, seguro se acordarán.

Sentados en un lugar prestado notamos que antes de iniciar el partido todos los jugadores de Sounders fueron a tomar agua, claro la rehidratación debe ser en todo momento, pero también el pasto maltratado recibía hidratación. Conforme avanzó el partido se sintió la humedad que emitía la cancha, sumando un par de lesiones tempranas, estas situaciones sin duda mermaron el accionar del rival.

El Guadalajara jugó muy similar a lo que ha presentado a lo largo del torneo, un rival defendiendo con el cuchillo entre los dientes y dispuesto a no dejar pasar nada al menos durante un poco más de 45 minutos así fue, dejando una mala sensación en la tribuna.

Cayó el gol de Alanís. De tiro libre. Circunstancia diferente al planteamiento del juego. Un recurso. Genialidad. Zapatazo. De zurda.

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Entonces ocurrió. Ese futbol tan criticado a lo largo del año tenía hasta el momento su punto de inflexión del no “sirve para nada” al “que gran ejecución”, hecho ad hoc a las circunstancias del partido. Un equipo cansado que fracasó recientemente en su intento por mantener el cero se vio vulnerable muy pronto con el gol de Eduardo López que les ganó la espalda a todos y fiel a su estilo debía hacer un pase a la red después de eludir con tremendo globito al arquero visitante.

Guadalajara tocaba la pelota, por aquí, por allá, Pizarro se tardaba lo mismo que siempre en soltar la pelota pero ahora nadie lo recriminó. Cota bien ubicado solucionaba cualquier indicio de problema que se le presentó. Por si fuera poco una gran jugada que comenzó Aris por la banda izquierda quien no dejó de correr después de ceder la pelota al Conejo, parecía una injusticia dictatorial de Brizuela el no respetar el esfuerzo de Aris, eligió a Pizarro quien al parecer le devolvió la pelota un poco largo pero Isaac no la dio por perdida y con una barrida se vio con la redonda en el área. Decidió dársela a Godínez que no dudó en rematar de taco y hacer un golazo más en la noche.

Una rivalidad fría ante los equipos de la MLS se derritió con el festejo del estadio, “el que no salte es un gringo maricón”, seguro nadie pensó en el equipo de Seattle al corearlo sino a otras cuentas pendientes que mantenemos con el vecino del norte. Genial la afición no puede describirse de otra manera, no es para menos, nos reencontramos después de un tiempo a nuestro Guadalajara, al que queremos ver.

Jugaremos semifinal de la Liga de Campeones de CONCACAF, cerramos con confianza el torneo, soñamos un poco con conocer a Aladín en diciembre y nos queda en la mente una frase que alguna vez dijo un arriero: “No hay que llegar primero sino saber llegar”.

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