Recuerdo Rojiblanco: Yayo y Quirarte nos dan la novena

Era 1987, Chivas tenía un ayuno de 17 años sin ser campeón. Había pasado la era de las llamadas ‘Chivas flacas’ de los años 70 donde el equipo dejó de ser protagonista en la Liga y hasta llegó a pelear descenso, pero a principios de la década de los 80, el Rebaño volvió a ser un equipo contendiente de la mano de Alberto Guerra como entrenador del Rebaño, con jugadores como Fernando Quirarte, Zully Ledezma, Demetrio Madero, Yayo de la Torre, entre otros, regresaron al Guadalajara a los primeros planos, sin embargo, antes de la temporada 86-87, se habían quedado en el camino al perder las finales de 1983 (ante Puebla en penales con un equipo plagado de suplentes por la famosa bronca ante el América en semifinales) y la de 1984 ante el odiado rival: el América. Chivas había recobrado el protagonismo, pero faltaba el título que coronara a esa generación de fútbolistas.

En la temporada 86-87, el Rebaño acabó como superlíder del torneo y llegó a su tercera final de la década tras dar cuenta de Monterrey en cuartos de final y Puebla en semifinales, por lo que solo el Cruz Azul era el último obstáculo para lograr el ansiado noveno título. Chivas cayó en la ida en el Estadio Azteca por 2-1, en buena parte debido a la gran actuación del portero celeste Pablo Larios (quien jugó la final a un mes de ser operado del ligamento cruzado de la rodilla derecha) que salvó en múltiples veces su portería. Para la vuelta, Guerra decidió mandar a Benjamín Galindo a la banca (y quien había sido un jugador clave durante el año) para darle su lugar a Omar Arellano, quedando el once inicial con Ledezma en el arco, Sergio Lugo, Fernando Quirarte, Demetrio Madero y Pelón Gutiérrez en la defensa, un mediocampo compuesto por el Wendy Mendizábal, Omar Arellano y el Chepo de la Torre mientras que adelante, estarían el Cadáver Valdez, Concho Rodríguez y Yayo de la Torre.

Chivas presionó desde el inicio, con un Cruz Azul que salió queriendo conservar la ventaja defendiéndose con orden, pero todo cambió cuando Concepción Rodríguez (quien fue un dolor de muelas constante durante todo el partido para los defensores cementeros) tras una serie de amagues sacó un centro sobre la marca de dos defensas y Quirarte lo remató de cabeza a segundo poste dejando parado a Pablo Larios para el 1-0 y darle la ventaja a Chivas (por el gol de visita en la ida, Chivas ya iba arriba en el global también). En el segundo tiempo, un centro de nuevo de Concho justo al iniciar el complemento, fue cabeceado por el Cadáver Valdez quien dejó pase para el Yayo de la Torre quien controló y definió a bocajarro pa’ anotar el segundo gol del Rebaño y finalmente, el tercero volvería a caer gracias a un desborde de Concho Rodríguez quien llegó a línea de fondo, Arellano no pudo rematar estrellándose en un defensor celeste y la pelota terminó cayéndole al Yayo de la Torre quien definió con un disparo suave a segundo palo fuera del alcance de Larios para finalizar la fiesta y darnos el título después de 17 años.

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