Esta no es la nave del olvido

Siempre es complicado escribir después de la derrota, porque la mente está envenenada de sentimientos que mezclados entre sí son una bomba: coraje, tristeza, frustración, impotencia. Todo se agrava muchísimo más cuando tu equipo es goleado y exhibido, como hoy.

Se termina el partido y buscas quién te la va a pagar: el aficionado que piensa diferente a ti, el directivo que aborreces, el nefasto dueño del equipo, el jugador que quisieras nunca volver a ver con la camiseta de tu equipo. Así es esto, he estado ahí, muchas veces, pero mucho de lo que he leído hoy no tiene el más mínimo sentido. No hay argumentos que lo sostengan.

El mandato de Jorge Vergara tendrá su debido juicio en su momento oportuno, una vez que haya terminado y todo se vea en perspectiva, pero hasta ahora sale reprobado, y por mucho, por la falta de resultados deportivos y el circo que se ha convertido la institución.

A pesar de todo lo malo, de toda la inestabilidad a la que desgraciadamente nos hemos acostumbrado como aficionados, a mí parecer, el Guadalajara está viviendo una época distinta, en la cual se percibe cierto aire de continuidad, de solidez en un proyecto, y no porque el club haya cambiado drásticamente, es más bien que Vergara le tiene muchísima fe a Matías Almeyda, nada más.

Como quiera que sea, esto es bueno para el equipo, no extraño despertar cada mañana con la sensación de que ese día se podría ir nuestro técnico, esa incertidumbre daña, desgasta, lastima a un equipo. Por hoy, eso no existe. La nave tiene capitán firme y con rumbo.

La otra, es que a pesar del desastroso resultado, hoy sí hay equipo para levantarnos. Hace algunos años vimos a uno de los peores equipos de toda la gloriosa historia del Guadalajara, repleto de jugadores mediocres que hoy, sin llegar todavía a los treinta años de edad, ya están retirados, sin equipo, o militando en el ascenso (y aunque usted no lo crea, hay quién los extraña).

El equipo está para más, va a jugar mejor y va a ganar muchos partidos esta temporada. Después de todos los corajes y todas las insensateces que se dijeron ahora, regresará el triunfalismo, se festejarán los goles, y nadie se acordará de los días malos. Todos dirán que siempre creyeron.

Así es el futbol, y así somos los aficionados. Pero no se preocupen, aquí nada se nos olvida.

FOTO: CHIVAS