Grandes ídolos del Guadalajara

A lo largo de la historia han jugado en nuestro equipo infinidad de futbolistas, la mayoría de ellos por el simple hecho de vestir la rojiblanca ya tienen una parte del cariño de la gente, unos más queridos que otros por diversas razones.

Individualmente somos libres de elegir, podemos ser conmovidos por las experiencias que nos tocan o incluso divulgar los acontecimientos en los que fuimos testigos. Así pasa al momento de hablar de ídolos Chivas, muchas veces la calidad de los futbolistas, las marcas, algún parentesco, coincidencia o los lugares de origen nos llevan a hacer la elección misma que no queda ahí sino que la defendemos a muerte.

Sin embargo pocas veces en la vasta historia del Rebaño Sagrado ese sentimiento ha sido un auténtico fenómeno social dentro del mismo fenómeno que es el Guadalajara. Muchos aficionados podrán estar o no de acuerdo, algunos futbolistas estuvieron muy cerca de estos sitios otros no tanto pero por alguna razón vivida en su momento no llegaron a tal distinción. El estadio se paralizaba ante ellos y en sus pies (o manos) dejamos más de una vez el rumbo del equipo.

Sin darle más vueltas al asunto, estos son los grandes ídolos que ha tenido el Club Deportivo Guadalajara:

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Hacer menos el paso de Oswaldo Sánchez por el Guadalajara es un acto de autoflagelación. Desde el momento que saltaba a la cancha a calentar levantando sus brazos a la altura del pecho girando sus muñecas para empezar a «soltarse» saludando a los presentes, nos entregaba una sensación de seguridad. Era el primero en festejar los goles y su manera de hacerlo nunca pasó desapercibida. Su entrega y liderazgo siempre estuvieron al servicio del equipo sobreponiendo incluso su trato personal con otros jugadores. A causa suya una mancha azul cielo invadía los sábados el Estadio Jalisco porque no eran pocos quienes vestían la camiseta del portero, algo poco visto en cualquier parte del mundo. Mientras estuvo en la portería rojiblanca todos lo querían. La «Oswaldo Manía» es algo que no se ha vuelto a ver con el Rebaño.

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Con su sola presencia y sin aún hacer nada, Ramón ya se había llevado la ovación unánime de la gente, justo en el momento en ser anunciado por el sonido local del Estadio Jalisco. Era el símbolo del equipo, el estandarte con el que el Guadalajara cabalgaba en la década de los noventas. Cuando aún no era común que el aficionado estampara números en la camiseta el 7 ya habitaba en las espaldas de la chiva hermandad sin importar el origen de la prenda. La comunión jugador tribuna tuvo su zenit en aquella final del Verano 97, con Ramón siendo el guía que llevó al título a un inolvidable plantel. Su segunda etapa como rojiblanco solo fue una cereza en el pastel para la eterna declaración mutua de respeto, cariño y admiración.

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Partícipe del cambio generacional después del Campeonísimo, Raúl «Willy» Gómez fue la estrella del Guadalajara en la década de los mil novecientos setentas, dispuesto a luchar en cada disputa de la pelota. Su principal motivación salió de la grada, la responsabilidad de no defraudar la traía junto a la camiseta, el grito de ¡Vamos Willy! salía de la tribuna del Jalisco cada partido. Siempre al frente no solo con la mirada sino con su futbol, con ese pundonor y esa vergüenza deportiva que siempre lo caracterizó. Jugaba para el equipo y para la gente, tanto era su influencia que los rivales armaban el partido siempre con la consigna de «bajarlo». Futbolista de barrio queridísimo por la afición rojiblanca al ser siempre considerado como uno de los suyos, ese es Raúl Gómez Ramírez.

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El máximo ídolo en la historia del Guadalajara, lo idolatraron los que lo vieron y el resto de generaciones consecuentes. La marca que mantuvo por muchos años de ser el máximo anotador del Club Guadalajara no es nada si la comparamos con su carisma y con el trato que siempre tuvo con la afición. Siempre dispuesto a saludar, sacarse una foto o firmarte un autógrafo. Chava llegó a ser el sinónimo de Chivas, solicitado para anuncios publicitarios, películas e incluso mencionado en algunas canciones daban forma al mito del gran futbolista. No es una casualidad que haya sido elegido para recibir el homenaje a nombre del campeonísimo con aquella breve y eterna participación en un partido de liga. Siempre deberá ser Chava Reyes el modelo que todo futbolista rojiblanco debe seguir.